lunes, 20 de octubre de 2008

LAS CIBERCULTURAS

POR: CATALINA AMAYA, JUAN RAÙL SIERRA Y JONATAN GONZÀLEs



LAS CIBERCULTURAS

La cibercultura está construida por tres dimensiones sistémicas, la de la información, la de la comunicación y la del conocimiento. Cada una tiene aspectos específicos y particulares, y se incluyen e integran en un todo en la acción reflexivo-constructiva general. En esta nueva configuración la clave se encuentra en los principios constructivos de contacto, interacción, conexión, vínculo y comunicación, todos ellos construyen un nivel de relación social, de lo más simple a los más complejo, de la situación en que sólo hay la posibilidad potencial de que algo suceda por la presencia de condiciones que lo favorecen en lo mínimo, el contacto, hasta la interacción compleja entre entidades que se reconocen, asocian, y se comprometen en formas creativas, afectivas y enactivas de vida social.

Para que estos principios constructivos operen, tengan lugar, las tres dimensiones sistémicas necesitan estar presentes, y de su complejidad y eficiencia depende en mucho el logro de la cibersociedad resultante.

La información es la primera dimensión del esquema cibercultural. En ella se realiza la figura cognitiva del la representación, de la configuración espacial del mundo en una imagen cifrada en símbolos, en lenguaje. El mundo como representación es la información como condición. Todo se puede representar, sólo se necesitan los elementos para hacerlo, con una base lógica, lingüística, y hoy también informática.

Todo lo que vemos, todo lo que percibimos, todo lo que sabemos, todo lo que puede aparecer frente a nuestra percepción, memoria e imaginación, todo eso, puede ser representado en un sistema de información. El mundo es información para los seres humanos, no existe sino como información, de diversos materiales y sentidos, y todo ello es formalizable en sistemas tendientes a una síntesis matemática.

Y entonces el pensamiento racional-analítico construye taxonomías, arma clasificaciones, ordenes, tipos, clases, campos, y con ello percibe el orden del cosmos y lo sintetiza en formas en el espacio, en esquemas, en modelos, en símbolos apreciables y comprensibles por medio de lenguaje natural y algunos componentes formales más. Acercarse al mundo es representarlo de alguna forma, y ahí los sistemas de información son el instrumento básico y elemental.

El conocimiento como información es fácil de entender, todo lo móvil se reduce a la inmovilidad de una categoría, de un dato, de un ítem, y la mente lo analiza o sólo lo percibe como algo que representa, que está fijo, estable, textualizado. La comunicación pone en movimiento a esa estructura cifrada, regresa al mundo vivo y presente la percepción, la vocación de pasado y de orden permanente de la información se trastoca por el sentido del flujo de lo que siempre está en cambio, en movimiento, en emergencia.

Los seres humanos interactúan y con ello se pueden llegar modificar en un contacto, en un intercambio de turnos, en una serie de conversaciones, de charlas, de momentos de mutua estimulación. Y entre más grande es el ámbito de inclusión en el fenómeno de la mutua afectación mayor es la dinámica de la transformación, unos afectan a otros que afectan a otros que afectan a los unos que afectan a otros que afectan a otros. No es posible seguir el registro de todo los que sucede, va al ritmo del movimiento vital mismo, y en tanto las interacciones aumentan y las afectaciones se multiplican la comunicación es un fenómeno que coincide con la vibración misma de la vida social en actividad emergente y constructiva.

Y de todo ello se pueden hacer representaciones parciales, momentáneas, que ayudan a sistematizar lo que va sucediendo, nunca al mismo tiempo que sucede, pero si cerca de su momento creativo. Ahí los sistemas de información se asocian al flujo cognitivo de la creación comunicativa. Y al tiempo es posible ir representando los sistemas que permiten esa interactividad, los sistemas de comunicación. Y al tiempo es posible proponer nuevos modelos de interactividad, sistemas de comunicación. Y de esta manera la comunicación se ayuda de la información para mejorarse y ajustarse, y la información se genera a partir de la actividad producida por formas interactuantes y constructivas.

Los sistemas de conocimiento están por encima de la información y la comunicación, las incluyen y al mismo tiempo parten de ellas, no existen sin ellas. El conocimiento es un orden de información y comunicación de segundo orden, es síntesis al tiempo que flujo sintetizador.

Es la forma sistema que ordena a la vida social desde eso que se llama mentalidades, epistemes, formas culturales mayores, continentes de lo macro, lugar y tiempo donde se sedimenta todo el fluir humano, donde se concentra, donde se organiza es sus formas más claras y contundentes.

Los sistemas de conocimiento son el orden subjetivo de los sistemas sociales, son la perspectiva de representación (información)-creación (comunicación) de todo lo que aparece en el mundo social, de todo lo que ha aparecido, y de todo lo que puede aparecer. Son el corazón de la mirada que percibe y entiende gracias a la síntesis que le dona vivir en un momento de la historia. Son la mirada del mundo mirándose desde las miradas particulares de los actores miembros de una época. De ahí que la cibercultura se mueve también en dirección de los sistemas de conocimiento, y trata de hacerlos visibles, para mejorarlos, para intervenirlos, gracias a las competencias de la información y de la comunicación.

Y ahí las redes humanas interactuando se miran mirando y construyen los sistemas de información que necesitan para ver mejor, y los sistemas de comunicación que necesitan para fluir mejor sus visiones y poder construir entre todos los sistemas de conocimiento que permiten más y mejor visión del cosmos, vivir en una complejidad en aumento gracias al enriquecimiento del poder de la inteligencia y la percepción.

La cibercultura de la investigación promueve todo este movimiento reflexivo-constructivo, la formación de mejores sistemas de comunicación que mejoren la configuración de mejores sistemas de información, que en juego promuevan mejores sistemas de conocimiento. Todo en un movimiento hacia una mayor complejidad del sistema social que se mira mirando creando, cada vez con mayores talentos de percepción y organización, inteligencia que abre posibilidades y construye opciones que derivan en más posibilidades y opciones. Una sociedad-red de alta percepción y constructividad reelaborándose en cada momento rumbo a un horizonte indeterminado de mayor complejidad.

La cibercultura es una palabra que tiene un uso convencional que alude en forma general a los usos de las nuevas tecnologías de información y comunicación. Su connotación asocia computadoras y el ámbito de vida social que ellas suponen. En ese sentido es una palabra que vive en el perfil de una noción cada vez más adentro del sentido común. Por cibercultura se entiende en forma común conocimiento en computación, y en ese sentido conocimiento en lo relativo a ese campo.

Incluso en el medio académico este es el uso convencional de la palabra. Pero hay más. La cibercultura tiene otros ámbitos de aplicación, y otros elementos de composición como:


1. El mundo comercial asociado a las nuevas tecnologías de información y comunicación, en particular el de la computación.

2. El mundo de la agenda periodística, en donde se nombra a los asuntos de informática y telemática bajo el concepto genérico de cibercultura. Pero que también con otras connotaciones que vienen del mundo de la ingeniería y de la ciencia.

3. El mundo de la literatura y la ciencia ficción. Este ha sido pródigo en imágenes y visiones sobre la vida social construida por máquinas de diversos tipos, desde la computadora doméstica hasta los robots. Es el gran surtidor de nociones para los otros ámbitos.

4. El mundo de la filosofía y la historia. Este ámbito central en el pensamiento humanístico es básico en esta configuración. Aquí se construye el campo de enfrentamiento entre los amantes del progreso y del mundo poblado de máquinas y sus interfaces, y de los apocalípticos que llaman a una limitación o desaparición del sistema constructivo de vida social proveniente de las nuevas tecnologías de información y comunicación.

5. El mundo de la ingeniería. Dicho en forma muy general este ha sido el que ha impulsado el uso comercial del concepto. Aquí se encuentran todos esos referentes bibliográficos que componen el espacio conceptual de las máquinas, los programas informáticos, las redes computacionales, internet. Y en otro sentido también el espacio conceptual asociado a la robótica, la nanotecnología, y otros desarrollos entre lo cognitivo, las neurociencias, y la tecnología en general.

6. El mundo de la ciencia. Este ha estado un poco menos presente en el asunto, poco a poco ha propuesto los principios de programas de investigación, pero aún se encuentra reflexionando lo que los otros ámbitos le piden que aclare. Sobre este mundo en particular es sobre el que hay mayor interés en este texto.

7. Y otros. Como el espacio conceptual de la prospectiva, que se une en cierto punto a la ciencia ficción, a los desarrollos en ingeniería, y a los incipientes programas de investigación científicos en diversas áreas.
La cibercultura puede ser una noción que integre, que coordine, que permita la colaboración entre espacios conceptuales diversos y distintos.

Al tener simbólicamente la carga del concepto cultura, y toda su tradición humanística, y el concepto cibernética, con toda su emergencia tecnológica-científica, el resultado pude ser el puente que necesitamos apuntalar entre el pasado y el futuro, para mejor transitar el mundo contemporáneo hacia escenarios y mundos posible mejores, más bellos, más eficientes, más coherentes, más armónicos, más justos y equilibrados, y al mismo tiempo con configuraciones que abran más posibilidades, que permitan mayor complejidad sistémica, más economía energética, mejor reorganización inteligente, mayor conectividad y vinculación comunicativa.

De acuerdo a lo anterior la cibercultura es una noción que crece en el territorio de las máquinas de información y comunicación, pero es alimentada por la literatura y la filosofía. Parece por una parte que el siglo diecinueve ha terminado en su hegemonía humanística sobre la ciencia, por otra parte parece que la lucha entre ideas y valores, entre ciencia y humanismo, que atravesó el siglo veinte, también a cambiado. El panorama hacia finales del siglo pasado es el de una nueva generación de beligerantes con las viejas consignas, y una nueva generación de pensadores renacentistas que requieren la integración entre las facciones del pasado.

La cibercultura entonces aparece en el territorio de lo nuevo, pero ese mismo territorio está cruzado por los contextos históricos del pasado aún contemporáneos. Qué entender ahora por cultura, cómo construir ese nuevo entendimiento.
La Antropología ha sabido sobrevivir en el contexto humanístico y de las bellas artes, en su seno se ha desarrollado la ciencia positiva al mismo tiempo que la perspectiva hermenéutica. En esta dualidad ha podido dialogar con las viajas visiones, e impulsar las nuevas. Pero su territorio es el del siglo diecinueve.

A la Antropología le ha costado trabajo familiarizarse con la cibernética y dialogar con ella. Para los antropólogos es más fácil sólo agregar a su catálogo de objetos culturales uno nuevo, el relacionado con las máquinas de información y comunicación, la cibercultura. Pero la cibercultura no es sólo la vieja cultura ahora relacionada con las computadoras, la cibercultura es una nueva forma de percibir el cultivo de la percepción, la comunicación, la creación social subjetiva y material. Y es que la cibernética le pide eso, y no sólo continuar la ruta del siglo diecinueve.

Es decir, la cibercultura también es un puente entre lo viejo y lo nuevo, integra y trata de poner a dialogar las visiones del pasado con las emergentes visiones de presente y hacia el futuro.

Kart Heinz Von Foerseter reconoce como las fuentes elementales del pensamiento sistémico a la hermenéutica, la cibernética y a la ética, por la importancia en el pensamiento sistémico del lenguaje, la matemática, la psicología, la ingeniería, la lógica, y la comunicación. Por sistémica entiende una manera de pensar, de hacer investigación, plantear preguntas, obtener respuestas.

Pero no es una ciencia del todo. Es más no es ciencia en principio.
La sistémica se opone y complementa a la ciencia, la ciencia separa, analiza, la sistémica junta, sintetiza. Una se complementa en la otra. Pero la sistémica no es ciencia. Y esto hace la gran diferencia.

Sistémica es el arte de ver, averiguar y especialmente reconocer conexiones entre entidades observadas. Eso es lo que dice Von Foerster. Con ello plantea un programa que tiene mucho de intuitivo, de sensitivo, de racional, y de comunicacional, al tiempo que supone una meta práctica de operación sobre el mundo. La cibercultura en uno de los polos del gradiente está asociada a esta configuración.

Un sistema social, un sistema humano, un sistema autoreferencial, percibe, aprende, se autoorganiza, se reconfigura en la interacción con el entorno, produce nueva información que lo modifica. Y todo esto supone una nueva visión de lo posible tanto en lo social, como en lo cultural. La sistémica como fuente de la cibercultura la dota de cualidades de reflexión y creación interactiva, que la potencian hacia una fase constructiva de todo sistema social que al tiempo que es más poderoso en su percepción, lo es en su interacción, y en su competencia comunicativa y creativa en interacción.

La sistémica es una fuente de la cibercultura del polo conceptual no reducido a las computadoras.

BIBLIOGRAFIA:
• http://www.monografias.com/trabajos902/cibercultura-sistemica-pensamiento/cibercultura-sistemica-pensamiento2.shtml
• http://www.cibersociedad.net/textos/articulo.php?art=11

No hay comentarios: