lunes, 20 de octubre de 2008

PRENSA SENSACIONALISTA Y SECTORES POPULARES

Por: Andrea Trinidad, Luz Martha Melo, Maria Fernanda Malaver y Felipe Rojas.



1. ANTECEDENTES
Mucho se confunde la prensa con periodismo. Inclusive se dice: prensa escrita, radial y audiovisual. Si una cualidad en la “ciencia del periodismo” es la rigurosidad en abordar el verdadero valor interpretativo de los conceptos, resulta entonces imperdonable que se diga prensa escrita y lo demás; cuando por prensa según lo etimológico, representa la máquina, la rotativa; el fierro. Lo correcto es decir: periodismo escrito, radial y audiovisual.

Aclarada la trasgresión conceptual, el título del tema en referencia, debería ser: Periodismo Sensacionalista en su verdadera y legítima acepción. Es brutal decir o escribir de la prensa (fierro) que sea sensacionalista, en tanto entendemos por definición de aspectos y disciplinas en Psicología, que lo sensacional, deviene de la conducta interna de la persona.

Cuando nos proponemos en medir las pulsaciones de nuestras conductas expresivas, en ese hincapié, vamos apreciando si nuestra producción periodística se mantiene en los cauces del equilibrio, la ponderación, la sensatez del juicio; o vamos navegando en los peligrosos mares del SENSACIONALISMO.

Definitivamente no existe periodismo sensacionalista; es una falacia, un error, una trasgresión interpretativa. El periodismo defiende esta disyuntiva. En todo caso, nos estamos refiriendo a una versión, a la modalidad facilista e interesada en causar impresión o notoriedad, en el afán de magnificar generando morbo, espectacularidad.

En esa estación se interconectan facultades que también pertenecen a la cultura de la conducta y la inteligencia. Se razona en una conducta adicta a la especulación buscando resultados que alientan el ego de los lectores. Es el mismo modus periodístico que exalta un interés banal, busca romper esquemas y va directamente a una gran suerte de efectos sicosociales.

En este afán sensacionalista; el escriba teje, elucubra, se especializa en elevar al máximo la ponderación de los hechos. La imaginación desborda y provoca torrenciales lluvias de articulaciones infestadas de morbosidad. Lo sensacional afecta y abusa deliberadamente con lo normal. Lo sensacional tiene la cualidad de lo vanidoso, la intriga; es superfluo y nunca es correspondiente con la verdad y el respeto a un espectáculo sosegante en virtudes y satisfacciones de coherencia idiolecta.

La mal llamada “prensa sensacionalista” no tiene bandera ni cánones que la restrinjan; es peligrosa por sus efectos. Esta “prensa” no instruye; lesiona, hiere profundamente. Todos recordaremos a ese modus periodístico sensacionalista de la década fujimontesinista. La mentira, el soslayo, la calumnia injuriosa, la malicia cantinera; impusieron sus reglas con los efectos irreversibles del daño generado. En este capítulo, ese periodismo sensacionalista encumbró y tumbó honorabilidades. La especulación, verdadera característica de ella, jugó papel fundamental en el discernimiento de los públicos.

Examinándola desde sus raíces y sus propuestas malsanas, colegimos que se inspira para adueñarse de la atención ciudadana; la curiosidad, activa el ego y salpica el morbo. Decididamente es una actividad que no cree en la responsabilidad; en el compromiso de escribir para el momento, es intrascendente. En una ocasión en un periodiquín limeño que expone esta cultura del escándalo; se tituló: “En una conocida carnicería venden carnes de perros que ladran”. Saque Usted sus propias conclusiones.

2. Biografía de Pulitzer, Joseph

Joseph Pulitzer, el magnate de la prensa sensacionalista estadounidense, rival de Hearst. El máximo galardón que se concede hoy día en Estados Unidos a las labores periodísticas lleva su apellido.
EstadosUnidos, América
Magnate de la prensa estadounidense.

Biografía:
(Makó, actual Hungría, 1847-Charleston, EE UU, 1911) Magnate de la prensa estadounidense. Emigró en 1864 a Estados Unidos, entonces en plena guerra civil, para enrolarse en el ejército unionista. Al terminar el conflicto se estableció en Saint Louis, donde encontró trabajo como periodista en un diario en alemán, el Westliche Post. En 1878 adquirió el St. Louis Dispatch que, tras refundirse con otra publicación, adoptó el nombre definitivo de St. Louis Post-Dispatch y se convirtió en el de mayor tirada de la ciudad. Sus ambiciones expansionistas lo condujeron a introducirse en la escena periodística de Nueva York, lo que consiguió mediante la compra del diario matutino The World, que posteriormente dotaría de una edición vespertina a la cual dio la cabecera de The Evening World. Como director de ambos periódicos, introdujo numerosas innovaciones, como las tiras cómicas, la cobertura permanente de acontecimientos deportivos o suplementos especiales de ocio y moda.

Los contenidos de The World oscilaban entre el más grosero sensacionalismo y el periodismo de investigación, centrado sobre todo en la denuncia de la corrupción política, aunque siempre al servicio de las propias simpatías de Pulitzer, claramente alineadas con el Partido Demócrata. La feroz competencia entre The World y el Journal de William Randolph Hearst alcanzó su máxima cota en 1898, cuando la descarada campaña de ambos diarios a favor de la guerra contra España originó la acuñación del término «prensa amarilla». Desde 1890, Pulitzer había delegado la dirección editorial de sus publicaciones por problemas de salud, aunque continuó supervisando muy estrechamente sus contenidos. En su testamento cedió buena parte de su fortuna a la creación de la Escuela de Periodismo de Columbia y al establecimiento de los galardones anuales a las diferentes labores periodísticas que llevan su nombre, los más prestigiosos entre los que se conceden en el ámbito estadounidense.

3. QUE ES LA PRENSA AMARILLISTA
Prensa amarilla es el nombre que se da al tipo de prensa sensacionalista que incluye titulares de catástrofes y gran número de fotografías con información detallada acerca de accidentes, crímenes, adulterios y enredos políticos. En los países de lengua inglesa, estos noticieros se llaman «tabloides» porque suelen tener un formato menor que el usual de periódicos serios.

El término se originó durante la "batalla periodística" entre el diario New York World de Joseph Pulitzer y el New York Journal de William Randolph Hearst, de 1895 a 1898, y se puede referir específicamente a esa época. Ambos periódicos fueron acusados, por otras publicaciones más serias, de magnificar cierta clase de noticias para aumentar las ventas y de pagar a los implicados para conseguir exclusivas. El periódico New York Press acuñó el término "periodismo amarillo", a principios de 1897, para describir el trabajo, tanto de Pulitzer, como de Hearst.

El diario no definió el término y en 1898 elaboró el artículo We called them Yellow because they are yellow.1 (El título es un juego de palabras intraducible al español. Yellow significa tanto amarillo como cruel y cobarde.)

En algunos países, como México durante el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, han existido presiones por parte del gobierno para evitar el desmedido amarillismo en los medios de comunicación electrónicos.2


4. AMARILLISMO

También conocido en el ámbito periodístico como "periodismo de tinta roja", el amarillismo no goza de una buena reputación ni en el medio ni entre el público, ya que se lo considera una mala vía para desarrollar el periodismo, lo cual no implica que no exista; por el contrario, el amarillismo, es decir, la información sin escrúpulos donde se busca contar o mostrar aspectos de una noticia que no tienen como fin comunicar para el bien de la comunidad algo en particular, sino mostrar aquellos detalles que rodearon las circunstancias, detalles que, en muchas ocasiones, pertenecen a la intimidad de los protagonistas de la noticia, es utilizado en forma regular por todos los medios de comunicación.

Decir que X o Y medio es amarillista es, en pocas palabras, decir que es inescrupuloso, que carece de ética, de responsabilidad social, pero, sobre todo, que se aprovecha del dolor o los malos momentos de otros para lograr mayor audiencia y obtener más beneficios económicos. Son muchos los debates que al respecto se han hecho, y aunque la definición es claramente negativa, el problema radica en que el público, a pesar de que alega en contra del periodismo de tinta roja, continúa demostrando, a la hora de elegir un medio, que esta clase de periodismo sí vende a pesar de los pocos beneficios que conlleva. Lo anterior tal vez se deba a que su fin fundamental es saciar la curiosidad de las personas. Un ejemplo de amarillismo es, por ejemplo, dar una noticia de un asesinato a través de las imágenes de los muertos, a través del dolor de quienes están cerca de la víctima o a través de especulaciones sin fundamento alguno.


5. Amarillismo mediático
Uno de los grandes hitos en la historia del cine fue Ciudadano Kane, dirigida y protagonizada por Orson Welles en 1941 y que con el tiempo se convertiría en una película de referencia obligada, teniendo un lugar asegurado en esas listas que de vez en cuando mencionan las 10 mejores de la historia del cine. La cinta en cuestión retrata la vida de un magnate de la prensa cuyo paralelismo con William Randolph Hearst (1863-1951) está fuera de toda duda, aunque el propio Welles lo negara siempre.

Hearst fundó lo que hoy se llamaría un gran imperio mediático en los Estados Unidos, que en su momento cúspide, allá por el año 1935, constaba de 28 grandes periódicos, 18 revistas, además de varias cadenas de radio, compañías cinematográficas y agencias de noticias. Pero su nombre también ha pasado a la historia por ser uno de los dos creadores, el otro sería Joseph Pulitzer, de lo que pasó a denominarse prensa amarilla.

Se entiende por prensa amarilla ese tipo de periodismo que con tal de vender hace de lo morboso y sensacionalista, con gran profusión de ilustraciones, el eje de su contenido. La frase fue acuñada en 1890 para describir las tácticas empleadas por dos periódicos de Nueva York, el Journal de William Randolph Hearst y el World de Joseph Pulitzer, en su lucha por hacerse con la supremacía de ventas en esa ciudad. Lo de ´amarillo´ surge a raíz de que Hearst se hace para el Journal con los servicios del dibujante Richard F. Outcault, que había trabajado para el World de Pulitzer, publicando una viñeta cómica muy popular titulada ´The Yellow Kid´ (El niño amarillo).

De esta manera, y hasta el día de hoy, prensa amarilla es sinónimo de periodismo poco riguroso, fácil e inescrupuloso que busca, por encima de todo, vender a cualquier precio. Es la adulteración de la prensa, al supeditar la información verídica a otros parámetros que la desvirtúan. Pero tal como ocurre con la droga ocurre con la prensa amarilla, en el sentido de que con el paso del tiempo se necesitan dosis cada vez más fuertes para experimentar la misma sensación, con lo cual se delata a sí misma y muestra su verdadero rostro estafador.

Claro que como la prensa es, en definitiva, una empresa que necesita ser rentable, necesariamente ha de echar mano, incluso la seria, de ciertas dosis de amarillismo para vender. La prueba de ello es que algunas de las técnicas de la prensa amarilla pasaron a la prensa seria, como el uso de grandes titulares, tiras cómicas e ilustraciones abundantes. Pero el amarillismo de la prensa seria no termina en las técnicas sino que también aparece en el modo y contenido, al recurrir a la inmediatez y rotundidad en temas que requerirían tiempo y cautela en su tratamiento.

Pero si justificadamente se acuñó el término prensa amarilla, con igual justificación se podría hoy hablar de comunicación amarilla. La televisión, la publicidad e Internet, serían ejemplos perfectos de ello. Como en televisión lo que importa es la cuota de pantalla y ésta determina la cantidad de anuncios comerciales que hacen viable económicamente el programa, síguese que lo importante no es la calidad y rigor del programa, sino su carga sensacionalista y llamativa. Incluso los programas de noticias no están exentos de amarillismo comunicativo, como se aprecia en algunos titulares. Las exageraciones a este respecto son corrientes; si en determinados puntos de Colombia ha llovido torrencialmente se rotula la noticia así: ´Colombia bajo las aguas´.

La publicidad es intrínsecamente amarillista, al usar los métodos más excéntricos y deslumbrantes para captar nuestra atención y dirigirnos a su producto, que luego puede resultar una engañifa. Claro que si de amarillismo comunicativo se trata la palma se la lleva Internet, donde campan a sus anchas toda suerte de contenidos amarillo chillón promovidos por gente sin escrúpulos, razón por la cual hay que andar con pies de plomo respecto a la información que de allí se obtiene.

El problema del amarillismo es que puede contaminarlo todo, no salvándose ni los asuntos más serios, sean sagrados o científicos. En cuanto a lo primero cabría hablar de ´predicación amarilla´, que no es la practicada por pastores chinos, japoneses o coreanos, sino que es la manipulación hueca que convierte al púlpito en escenario y al predicador en showman. Muy actual en ciertas esferas.

En el campo de la ciencia el amarillismo también tiene su lugar. Hace dos años surgió una noticia que hacía referencia a un evangelio que iba a dinamitar a los cuatro actuales y que iba a trastocar para siempre nuestro concepto de Jesús. Era el evangelio de Judas, que la National Geographic presentó a bombo y platillo como el evangelio desconocido por todos porque los antiguos cristianos lo censuraron, lo cual ya es una presentación amarillista; claro que teniendo en cuenta el color del emblemático rectángulo de la portada de la National Geographic todo encaja.

Pues bien, solo han pasado dos años y los cuatro evangelios siguen ahí, mientras que el evangelio de Judas se ha quedado sepultado donde había estado por tanto tiempo: en el olvido.

Pero ahora es el momento de la Piedra de Gabriel, a la que ya algunos presentan como un desafío al ´mito de Jesús´ y que ´puede cambiar la visión que todos tienen del personaje histórico de Jesús´. Este tipo de lenguaje tremendista ya le pone a uno en alerta porque es típicamente amarillista; es decir, son grandilocuentes afirmaciones casi gratuitas, sin rigor y buscando el sensacionalismo impactante por encima de todo. Es de esperar que se haya comprobado la autenticidad de la llamada Piedra de Gabriel, porque en el mundo de la arqueología las falsificaciones, algunas sonadas, no escasean y también es de esperar que su datación sea correcta, no vaya a ser que una equivocación de unas décadas dé al traste con todo.

Sin embargo, lo más sospechoso es que se esté construyendo toda una especulación sobre una palabra que está borrada en el texto. Pero aun concediendo que la piedra es auténtica, que su datación es correcta y que la palabra borrada es ´vivir´, la fe cristiana ni se apuntala ni se tambalea por esta piedra…


6. ¿Cómo se produjo entonces el fenómeno de reconocimiento cultural de esos sectores populares en los dispositivos escritos rotativos?

Se hizo a través de "otra" prensa, cuya forma de relatar los acontecimientos evocaba ese lenguaje diálogico de la literatura de cordel y de colportage que caracterizó esas lecturas de los pueblos españoles y franceses del siglo XVIII, pero que también era remembranza más próxima del folletín del siglo XIX. Esta prensa recibió el nombre de "prensa popular" o "sensacionalista", una prensa que desde lo "vulgar" y lo "grotesco" sí pudo hacer participe al pueblo de las lógicas culturales de las transformaciones que vivieron en el siglo XX desde un lenguaje muy particular. Pero por su naturaleza populachera, a esta prensa no le faltaron las críticas, críticas que han perdurado hasta nuestros días.

Interpretar la prensa sensacionalista como el producto de una sociedadmorbosa, como un medio que se alimenta de la tragedia y los bajos instintos humanos, como un escueto producto comercial, es lo más frecuente. Desde sus inicios y a partir de diferentes ámbitos se han proferido críticas y rechazos hacía este tipo de periodismo. Se le considera "subjetivo", oportunista, falto de ética, racista, machista, carente de veracidad y credibilidad, entre otros apelativos.

Estas aseveraciones clásicas sobre el amarillismo tienen en parte una verdad irrefutable. Pero ¿debemos estancarnos en ellas? Dudemos, tanto en este aspecto como en cualquier otro, de lo que se dice siempre, de lo que se ha vuelto un ‘lugar común’. Quizás porque este grosero error nos impediría, de primerazo, percibir en la prensa popular uno de los fenómenos culturales más complejos de nuestra sociedad y, por ende, un tópico importante si queremos entenderla. Reducir la crónica roja a una molestia informativa o a una mercancía mórbidamente encubierta, equivale a pasar por alto lo que ocurre en la cultura popular de nuestras sociedades.

Por prensa «sensacionalista», «amarillista», «de sucesos», «judicial» o «crónica roja» entendemos un estilo de periodismo cuyo contenido privilegia lo que se denomina comúnmente como las "tres eses": sangre, sudor y sexo. Es decir, una prensa en la que tiene espacio la violencia, el contenido erótico, el deporte -en especial el fútbol- y otros "temas menores" que no tienen cabida en otra prensa o en otros medios.

Durante mucho tiempo ha existido un desdén de las elites intelectuales hacía la prensa popular. Éste no es un tema que los académicos o "cultos" suelan escoger para sus análisis e investigaciones, sobre todo si se establece parangón con otras materias de orden "popular" como el tango, el bolero o la telenovela. Entre los teóricos e investigadores latinoamericanos que se han atrevido a estudiar el tema se encuentran Guillermo Sunkel, Jesús Martín-Barbero, Sandro Macassi, Fernando Checa Montúfar, Olga López Betancur y Erick Torrico Villanueva, quienes ubicaron sus análisis más allá de la crítica general, en los ámbitos de las matrices culturales, de la comunicación de masas y de los mecanismos operativos de los discursos. Salvo estos importantes aportes, el sensacionalismo, me atrevería a decir, es aún un lugar inhóspito.

Esta carencia de análisis y estudios en torno a esta prensa tiene especial relación con nuestro país pues esta expresión mediática-cultural constituye un espacio público de reconocimiento y valoración del imaginario popular. Este "lugar" lo ocupó en México el cine; en el Caribe la salsa; en Cuba el bolero; en Brasil la samba; en Argentina el tango y la radionovela; en Colombia la radio y la prensa sensacionalista.

Pese a los varios prejuicios que alimenta, la prensa popular se ha legitimado como un espacio de elementos distintivos relacionados con la manera en que sectores populares se leen y leyéndose se reconocen. El compromiso social de este estilo de prensa es aún mayor que el de la prensa ‘seria’ o de ‘referencia’, pues se aproxima más que cualquier otra prensa a la "realidad", las representaciones y las expectativas d la ‘gente común’. Las representaciones más ávidas de prensa amarilla en Colombia se han hecho visibles a través de diarios como El Espacio de Bogotá, El Caleño de Cali y el "póstumo" Sucesos Sensacionales de Medellín y hoy se camuflan en un nuevo sensacionalismo.

7. UN CASO RECIENTE DE AMARILLISMO

De amarillista e inadecuado calificaron lectores cubrimiento de la muerte del bebé Luis Santiago

Foto: Archivo EL TIEMPO
Los foristas de eltiempo.com, en su mayoría, calificaron como excesivo el cubrimiento de los medios a la muerte de Luis Santiago.
Esa fue la opinión de la mayoría de foristas de eltiempo.com que respondió a la pregunta de cómo le pareció el seguimiento que los medios le realizaron a este caso.
Expertos en el tema coincidieron en que el despliegue fue exagerado.
"Es la forma más vil y miserable como se vende y trafica con el dolor humano. Unos periodistas que no piensan ni en lo que le preguntan a quien está en medio del sufrimiento. Es la escena más grotesca y descarnada de ganar sintonía", afirmó

'Lujjapimo' en el foro que abrió ayer eltiempo.com.
De igual manera, 'Cancelo' opinó que es "amarillismo barato. Eso pasa en Colombia todos los días, todos. Como no había nada más, entonces a explotar el dolor ajeno".
Por su parte, 'Cardia' comentó que "el cubrimiento no solo ha sido exagerado sino atrevido. Ya están indagando acerca de cosas que son de la vida privada de la señora y su familia", y también "demasiado amarillista, me recordaron la cinta 'Cortina de humo' en donde los medios se inventan cuanta cosa para tocar las fibras de la gente, sin importar el dolor, en este caso, de quienes protagonizaron este lamentable hecho".

¿Hasta dónde llega el cubrimiento y dónde empieza la intromisión? ¿Cuál es la línea que no se debe cruzar? ¿El afán de la 'chiva' genera falta de ética?
La discusión sobre el manejo que los medios de comunicación ofrecen a este tipo de noticias siempre ha existido; pero ahora, gracias a la inmediatez y a la facilidad de interacción, se ha vuelto más recurrente.

Lógica comercial y no periodística

Javier Darío Restrepo, experto en ética y asesor de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, concluye que el periodista debe comprender que se debe hacer un periodismo para servir a los demás, no para servir a su medio y, mucho menos, a sí mismo. El periodismo de calidad no puede sacrificar los derechos que tienen las personas.

Refiriéndose a la noticia de la muerte de Luis Santiago, Restrepo afirmó: "Hace falta un criterio, un criterio personal que se debe llevar en la propia conciencia de que la información se hace en función del otro, y en este caso en función de las víctimas"

"Se trata de meterse en los zapatos de la víctima y de entender, por ejemplo, que cuando una mamá pierde a su hijo no tiene por qué estar hablando, ni estar dando declaraciones, ni los medios de comunicación pueden tratar de obligarla a que hable", agregó.

Por último, aseguró que la mayoría de los medios de comunicación obedecieron a la lógica comercial y no a la lógica periodística en el cubrimiento de la muerte del menor.

Otros usuarios opinaron que la cercanía del municipio donde ocurrieron los hechos a Bogotá, donde se encuentran los medios más importantes del país, ayudó al despliegue periodístico.

"La televisión le dio gran despliegue a la muerte de este niño, que claro que es dolorosa y lamentable, solo porque los hechos ocurrieron en la periferia bogotana, en Chía. Si hubiera sido en Barranquilla o en Neiva, les habría importado un pito. La agenda de escándalos del día la programa el centralismo bogotano de esos canaluchos de TV, que vieron que no les causaba mayores costos enviar cámaras a Chía. Solo les importa la plata", escribió 'Halle'.

Restrepo cree que no es cierta esta afirmación.

Opina que la proximidad a Bogotá fue solo un factor accidental. "Lo esencial es que tocó la fibra de todos los que tenemos un hijo, de todos a los que les interesa un niño".

El sociólogo Hernando Salcedo opina que la cercanía sí contribuyó al mayor despliegue. "Si hubiera ocurrido en zonas marginales, es muy probable que las protestas no hubieran tenido visibilidad, al menos igual visibilidad que la que dan los medios".

Añadió que el cubrimiento de este acontecimiento fue exagerado, pero no solo por los medios, sino también por las autoridades como el Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán.

"Este es un hecho que se ha repetido en varias ocasiones y que en una ocasión particular frente a los medios se le dio el despliegue que se le dio, pero no refleja sino un hecho, mientras hay muchos casos en Bienestar Familiar y nunca ha habido mediatización", concluye.

Por último, Salcedo afirma que la pena de muerte no es la solución para disminuir este tipo de delitos, mientras la cadena perpetua puede ser un camino, pero lo importante es reestructurar la forma de administrar justicia.
En terminos similares se pronunció el columnista de 'El Nuevo Siglo' Vladimir Flórez, quien no entendió por qué se le dedicaron tantos minutos a la tragedia de Chía.

El debate sigue abierto y con base en lo expuesto por los foristas, el mensaje vendría a ser que los medios deben tomar conciencia de su papel, del movimiento que pueden generar y del repudio que pueden forjar en el público.
Como siempre el espectador, oyente o lector tendrán la última palabra.

Diego Narváez Nava
Redactor eltiempo.com

BIBLIOGRAFÍA

• http://www.lablaa.org/blaavirtual/ayudadetareas/periodismo/per9.htm
• http://www.monografias.com/trabajos57/prensa-sensacionalista/prensa-sensacionalista.shtml
• http://www.biografica.info/biografia-de-pulitzer-joseph-2023
• La información también fue tomada de otras páginas web.

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