domingo, 19 de octubre de 2008

Prensa sensacionalista - Prensa amarilla

Por: Vanessa Ordosgoitia, Karen Salazar, Cristina Posso, Alejandra Royero y Stephany Clavijo



Prensa amarilla es el nombre que se da al tipo de prensa sensacionalista que incluye titulares de catástrofes y información detallada acerca de accidentes, crímenes, adulterios y enredos políticos.

El término se originó durante la \"batalla periodística\" entre el diario New York World de Joseph Pulitzer y el New York Journal de William Randolph Hearst, de 1895 a 1898.

Ambos periódicos fueron acusados, de magnificar cierta clase de noticias para aumentar las ventas y de pagar a los implicados para conseguir exclusivas.

Joseph Pulitzer Editor estadounidense conocido por los premios periodísticos que llevan su nombre. La creación en 1912 de la Columbia University Graduate School of Journalism (la escuela de periodismo), que sería una de las más prestigiosas del mundo, aunque ya no fuese la primera por haberse creado antes la de la Universidad de Missouri.

The Yellow Kid El 24 de diciembre de 1893 aparece el primer suplemento cómico a color de la prensa, en el diario World de New York, propiedad de Joseph Pulitzer.

De la popularidad de Yellow Kid surge el nombre de prensa amarilla para denominar a la prensa sensacionalista, como los diarios en los que aparecía este personaje. El Chico Amarillo durante un tiempo apareció simultáneamente en dos periódicos competidores. Ambas versiones dejaron de salir en 1898.

Prensa Sensacionalista en Ecuador La prensa sensacionalista suscita las más encontradas reacciones: para unos es una basura alienante que incita a la violencia, la pornografía y provoca asco, para otros pone en evidencia la verdadera cara de nuestra sociedad, informa sin ocultar nuestros males, entretiene grafica e incluso educa.
Fernando Checa Montúfar

El periodista Colombiano Henry Holguín (editor de Diario Extra en Ecuador) "El Sensacionalismo es gritar donde otros susurran, es teñir de rojo los titulares y publicar las fotos de los hechos sin censura, sin quitar ni poner. Es iluminar la noticia con detalles coloridos, pero sin salirse jamás de la realidad, pues es lo suficientemente rica como para tener que mentir.

Javier Dario Restrepo, periodista Colombiano desde un planteamiento Ético, que el periodismo sensacionalista "le interesa mostrar escenas de la vida privada, atizar el fuego del escándalo, alimentar el morbo con titulares llamativos, suscitar polémicas intrascendentes pero no ejercer la actividad profesional con el objetivo de servir a la comunidad y de contribuir al bien común.

Mucho se confunde la prensa con periodismo. Inclusive se dice: prensa escrita, radial y audiovisual. Si una cualidad en la "ciencia del periodismo" es la severidad en abordar el verdadero valor interpretativo de los conceptos, resulta entonces inaceptable que se diga prensa escrita y lo demás; cuando por prensa según lo etimológico, representa la máquina, la rotativa; el fierro. Lo correcto es decir: periodismo escrito, radial y audiovisual.

Aclarada la agresión conceptual, el título del tema en referencia, debería ser: Periodismo Sensacionalista en su verdadera y legítima acepción. Es incorrecto decir o escribir de la prensa (fierro) que sea sensacionalista, en tanto entendemos por definición de aspectos y disciplinas en Psicología, que lo sensacional, viene de la conducta interna de la persona.

Cuando nos proponemos en medir las pulsaciones de nuestras conductas expresivas, en ese hincapié, vamos apreciando si nuestra producción periodística se mantiene en los cauces del equilibrio, la ponderación, la sensatez del juicio; o vamos navegando en los peligrosos mares del SENSACIONALISMO.

Definitivamente no existe periodismo sensacionalista; es una falacia, un error, una trasgresión interpretativa. El periodismo defiende esta disyuntiva. En todo caso, nos estamos refiriendo a una versión, a la modalidad facilista e interesada en causar impresión o notoriedad, en el afán de magnificar generando morbo, espectacularidad.

Se interconectan facultades que también pertenecen a la cultura de la conducta y la inteligencia. Se razona en una conducta adicta a la especulación buscando resultados que alientan el ego de los lectores. Es el mismo modo periodístico que exalta un interés banal, busca romper esquemas y va directamente a una gran suerte de efectos sicosociales.

En este afán sensacionalista; el escriba teje, elucubra, se especializa en elevar al máximo la ponderación de los hechos. La imaginación desborda y provoca torrenciales lluvias de articulaciones contagiadas de morbosidad. Lo sensacional afecta y abusa deliberadamente con lo normal. Lo sensacional tiene la cualidad de lo vanidoso, la intriga; es superfluo y nunca es correspondiente con la verdad y el respeto a un espectáculo sosegante en virtudes y satisfacciones de coherencia.

La mal llamada "prensa sensacionalista" no tiene bandera ni cánones que la restrinjan; es peligrosa por sus efectos. Esta "prensa" no instruye; lesiona, hiere profundamente. Todos recordaremos a ese modus periodístico sensacionalista de la década fujimontesinista en Perù. La mentira, el soslayo, la calumnia injuriosa, la malicia cantinera; impusieron sus reglas con los efectos irreversibles del daño generado. En este capítulo, ese periodismo sensacionalista encumbró y tumbó honorabilidades. La especulación, verdadera característica de ella, jugó papel fundamental en el discernimiento de los públicos.

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